arte mexicano
La Mirada Cómplice. María Antonieta Canseco de Garrido. Exposición de fotografías de Eduardo Rubio Elosúa
Toda mirada es un viaje. Un viaje que acompaña o un viaje que captura. El olfato es el sentido que posee más memoria (lo demuestran los perfumes), el gusto es el que nos concede recuperar el pasado (todos hemos experimentado el prodigio de visitar la nostalgia de la manera en que narró Proust con sus magdalenas mojadas en té), el tacto es un camino promisorio mientras que el oído suele ser evocador pero es la vista el sentido que nos concede el embelesamiento, la contemplación y –como veremos en la obra de Rubio- la obsesión.
Eduardo Rubio Elosúa es un artista mexicano (Monterrey, N. L., 1956) que explora constantemente su pasión por mirar y la expresa al realizar fotografías de pinturas reconocidas, directamente en los museos que las albergan. Su pasión por el arte no termina ahí. No es un turista más que observa la obra sino un […] Seguir Leyendo
La Pintura de Sergio Martínez
Antes de intentar aproximarme a la pintura de Sergio, me resulta indispensable acercarme al hombre y su vinculación con las artes. Antes que pintar lo suyo ha sido siempre la música. Su introducción al arte se dio primeramente por los sonidos, los tiempos y los ritmos. Su formación espiritual aunque muy mexicana quedó impregnada por diez años de vida en Inglaterra, mismas que le dieron gran estructura y acceso al mundo del arte y la cultura desde un ángulo europeo.
Dentro del propio universo musical sus capacidades sorprenden. Sergio se formó durante años como guitarrista clásico, pero esa coordinación entre cerebro y manos derivó instintivamente en un impresionante dominio de las percusiones, algo que, si lo hubiera querido, hubiera podido explotar profesionalmente. Sergio desarrolló un profundo conocimiento de la música, y esto, sumado a su experiencia europea, lo acercó a otras culturas. Por otra parte, es importante destacar su interés […] Seguir Leyendo
Una Epifanía Compartida
Solo cuando hay honestidad profunda la vida y la obra de un artista se funden en una sola cosa, se vuelven indivisibles.
En algunas ocasiones me han solicitado algunas buenas personas que escriba un texto respecto a su producción plástica para incluirlo en el catálogo de alguna exposición. Normalmente lo hago con gran placer. Sin embargo ha habido ocasiones que con pena he tenido que confesarles a estas buenas personas que después de haber visto su trabajo y reflexionado sobre el mismo no tengo nada qué decir. La palabra tiene que ser el vehículo para expresar ideas, y éstas, en mi opinión, deben ayudar al lector a comprender mejor el discurso de la obra que produjo el artista. Si la producción plástica no tiene contenido conceptual o espiritual, si no existe un discurso inteligente y sensible yo prefiero callar. No puedo imaginar un texto que no diga nada, un […] Seguir Leyendo